Si alguna vez te has preguntado quiénes están detrás de las iniciativas que impulsan el cambio en Chile, este post es para ti. Aquí exploramos el perfil de quienes conforman las organizaciones sociales sin fines de lucro, entre ellas fundaciones, corporaciones y asociaciones, destacando datos estadísticos, tendencias de crecimiento (o decrecimiento) y algunas conclusiones sobre su futuro. Todo respaldado por información del “Mapa de las Organizaciones de la Sociedad Civil 2023” del Centro de Políticas Públicas UC. Hasta el momento, la encuesta más reciente sobre el mundo de las ONG de Chile (si eres de otro país, más de algún aprendizaje sacarás!). 🙂
1. ¿Quiénes conforman estas organizaciones?
Aunque el documento se centra en la clasificación y los números, podemos deducir algunos rasgos comunes en las personas que lideran estas entidades:
- Líderes y Voluntarios Comunitarios: En las organizaciones sociales sin fines de lucro –que en este estudio representan aproximadamente el 74% del total (p.23)– encontramos vecinos, líderes locales y activistas que, con pasión y compromiso, buscan transformar su entorno.
- Profesionales y Expertos Sociales: En el caso de las fundaciones, corporaciones y asociaciones, que abarcan alrededor del 9% del total (p.23), suelen trabajar profesionales con formación en áreas sociales, académicas y administrativas, quienes gestionan proyectos con una estructura más formal.
- Emprendedores Sociales: Tanto en las organizaciones comunitarias como en las fundaciones y corporaciones, destacan perfiles emprendedores, capaces de detectar oportunidades y convertirlas en iniciativas que responden a problemáticas locales.
2. Tipos de organizaciones sociales sin fines de lucro en Chile y su representatividad
El ecosistema de organizaciones sociales en Chile es amplio y diverso. Según el informe, las principales categorías y su porcentaje de representación son:
- Juntas de Vecinos y Organizaciones Territoriales: Son la categoría más numerosa, representando el 45,2% de las organizaciones activas en Chile (p.21). Estas entidades tienen un fuerte enfoque en el desarrollo local y la participación ciudadana.
- Fundaciones y Corporaciones: Representan el 9% del total de entidades (p.23). Son organizaciones más estructuradas, muchas de ellas con financiamiento privado y proyectos a gran escala en temas como educación, salud y desarrollo social.
- Asociaciones Gremiales y Sindicatos: Conforman alrededor del 8,7% de las organizaciones (p.21). Su foco principal es la defensa de derechos laborales y el fortalecimiento de sectores productivos.
- Clubes Deportivos y Culturales: Representan cerca del 16,3% del total (p.21), siendo fundamentales en la promoción del deporte y la cultura en comunidades locales.
- Otras organizaciones comunitarias y funcionales: Abarcan el 20,8%, incluyendo entidades de apoyo social, agrupaciones medioambientales y ONGs de diversa índole (p.21).
Esta distribución muestra que, aunque las fundaciones y corporaciones tienen un alto impacto social, la mayor parte de las organizaciones sociales sin fines de lucro en Chile están arraigadas en el ámbito comunitario.
3. Datos estadísticos y tendencias: Un crecimiento notable
El panorama de las organizaciones sociales sin fines de lucro en Chile resulta impresionante. Algunos aspectos clave son:
- Evolución histórica acelerada:
El documento muestra tres etapas en el crecimiento de estas organizaciones. Entre 1857 y 1960 se observa un incremento gradual; a partir de los años 1980 el crecimiento se acelera y, desde 1990 en adelante, se registra un crecimiento exponencial que evidencia la consolidación de estas entidades en cada coyuntura social y política (p.19). - Tasas de creación superiores a otros sectores:
Entre 2005 y 2023, la tasa compuesta anual de creación alcanza el 10,8%, lo que implica que las organizaciones sociales sin fines de lucro han crecido 2,25 veces más que las empresas privadas (4,8%) y 6,75 veces más que la población (1,6%) (p.19). Un dato que subraya el dinamismo de este sector en comparación con otros ámbitos económicos. - Auge de nuevas organizaciones:
La diferencia entre el mapa del 2020 y la edición actual revela un incremento de más de 83.000 entidades, lo que se traduce en casi 30 mil nuevas organizaciones por año (p.19). Esto demuestra la capacidad de respuesta de la sociedad ante las demandas y desafíos que se presentan en el país.
4. Actividad y operatividad: ¿Cuántas están realmente en funcionamiento?
No todas las organizaciones sociales sin fines de lucro mantienen una actividad formal actualizada, y aquí los números hablan por sí solos:
- Criterios de actividad:
Bajo un criterio estricto (según la actualización formal de los directorios), solo el 36,2% de las organizaciones (146.040 de 403.159) se consideran activas (p.24).
Ampliando el plazo a cinco años, criterio también usado en el mapa 2020, se alcanza un 52,4% de actividad (211.109 entidades) (p.24-25).
Esto indica que, pese a la gran cantidad de organizaciones registradas, la actualización de información formal es un reto que impacta en la percepción sobre su operatividad. - Transparencia en la gestión:
La falta de actualización en los directorios limita el conocimiento del alcance real de cada entidad y crea una brecha de transparencia, especialmente relevante al momento de acceder a financiamiento público (p.25-26). Esto resalta la necesidad de mecanismos que incentiven a estas organizaciones –ya sean fundaciones, corporaciones o asociaciones– a mantener su información al día.
5. Implicancias y el futuro de las organizaciones sociales sin fines de lucro
¿Qué indican todos estos datos sobre el porvenir de estas entidades en Chile? Algunas reflexiones:
- Potencial de crecimiento y diversificación:
La tasa de crecimiento anual, que supera el 10%, indica un sector en plena expansión. Con el aumento de demandas en áreas como salud, educación y medio ambiente, es probable que las organizaciones sociales sin fines de lucro –incluyendo fundaciones, corporaciones y asociaciones– diversifiquen aún más sus temáticas y servicios (p.19, p.21). - Oportunidades de colaboración:
El dinamismo de estas entidades abre la puerta a vínculos más estrechos entre el Estado, el sector privado y la sociedad civil. Esta sinergia facilitaría el acceso a recursos y permitiría abordar desafíos sociales de forma integral (p.26). - Profesionalización y actualización tecnológica:
La necesidad de renovar los directorios es crítica para mejorar la transparencia. La implementación de herramientas digitales (como lo plantea la Ley de Transformación Digital del Estado, p.26) podría simplificar estos procesos y fortalecer la credibilidad del sector. - Comparativa reveladora:
Al comparar el crecimiento de las organizaciones sociales sin fines de lucro con el de las empresas privadas y la población, se evidencia un dinamismo sin precedentes. Esto refleja una explosión de creatividad y respuesta social que, si se apoya con políticas adecuadas, puede generar un impacto duradero en Chile (p.19).
6. Conclusión: ¿Qué nos depara el futuro?
A partir de este análisis, se puede inferir que el futuro de las organizaciones sociales sin fines de lucro en Chile es prometedor, pero también desafiante. Las entidades comunitarias, que constituyen la mayor parte, seguirán siendo el motor de cambio a nivel local. Sin embargo, para aprovechar plenamente este potencial será crucial:
- Modernizar y simplificar los procesos de registro y actualización, para que más fundaciones, corporaciones y asociaciones se presenten como activas y transparentes. Esa es pega del estado.
- Impulsar la profesionalización y capacitación de sus líderes, permitiéndoles gestionar mejor recursos y proyectos. Ya que al existir más organizaciones del tipo comunitarias, barriales o comunales, significa que todos los lideres de dichas organizaciones en muchas ocasiones, son voluntarios de sus propias organizaciones y no tienen personal contratado. Trabajar con ellos será crucial para incidir en algún barrio o sector. Así como entregar herramientas para fortalecer sus organizaciones.
- Fomentar alianzas estratégicas entre el Estado, el sector privado y estas organizaciones, aprovechando su capacidad innovadora para enfrentar los retos sociales. Los fondos concursables han manifestado un poco hacia dónde el estado desea promover que las organizaciones sociales, ya sea, comunitarias, fundaciones, corporaciones y asociaciones inviertan sus esfuerzos. Los segmentos que predominan son: adultos mayores, NNA y proyectos que vayan enfocados en la sustentabilidad o economía circular. ¡Proyectos de este índole encontrarán más oportunidades que nunca!
En resumen, los datos muestran un panorama vibrante: el crecimiento acelerado y la diversificación de las organizaciones sociales sin fines de lucro en Chile son claros indicadores de oportunidades futuras. Con el soporte adecuado y la integración de nuevas tecnologías y políticas públicas, estas entidades no solo continuarán expandiéndose, sino que se consolidarán como actores fundamentales en el desarrollo social y económico del país.
No menospreciemos el gran impacto de las organizaciones funcionales y territoriales, como los club deportivos, junta de vecinos, etc. Representan, en total, más del 80% de las organizaciones existes en Chile. Esto puede ser una gran oportunidad para que fundaciones y corporaciones, puedan ampliar sus impacto con el trabajo colaborativo con dichas organizaciones, ofreciéndole herramientas o considerándolos como alianzas claves a realizar para ejecutar sus programas.
Si quieres ver el documento oficial, puedes verlo en su página web: https://politicaspublicas.uc.cl/publicacion/mapa-de-las-organizaciones-de-la-sociedad-civil-2023/